“Blob”un organismo inclasificable es enviado al espacio por la NASA
“Blob” son especies que no se consideran animales, plantas u hongos. No tiene cerebro, pero tiene una notable habilidad para aprender. El propósito es observar su comportamiento sin la gravedad de la tierra.
La Estación Espacial Internacional (ISS) se prepara para recibir a un inquilino atípico, las criaturas inclasificables que fascinan a los biólogos, “Blobs” o “Physarum polycephalus”, el martes 10 de agosto de 2021. Un experimento educativo dirigido por el astronauta francés Thomas Pesque. Paralelamente, desde la Tierra, bajo la dirección del Centro Nacional de Investigaciones Espaciales (CNES), cientos de estudiantes de entre 8 y 17 años recrearán la experiencia de extrañas criaturas a partir del próximo otoño. Animal, planta u hongo.
“Blob” es una masa porosa amarilla que consta de una sola célula y un núcleo. No tiene boca, piernas, cerebro. Pero tiene la capacidad de comer, crecer, moverse (muy lentamente) y aprender increíblemente. Sus núcleos pueden dividirse libremente y los organismos pueden entrar en un estado de letargo (sin soldar) debido a la deshidratación. En esta condición, conocida como el “nudo fúngico”, algunos de los escombros “caídos” saltan al espacio en un buque de carga de la NASA.
¿Qué incluye la experiencia?
Cuando el Astronauta se rehidrata en septiembre, cuatro nodos de hongos a unos 0,5 cm de distancia se despiertan en una placa de Petri a 400 km de la Tierra y siguen dos protocolos. Probamos la postura de la “gota”. Aquellos que se ven privados de alimentos proporcionan alimento al afortunado elegido (avena). El objetivo era observar los efectos de la ingravidez en este organismo. “Hoy, nadie sabe qué hacer en microgravedad. ¿En qué dirección se movería si 3D estuviera mirando hacia arriba o hacia un lado?” Pierre Ferrand, profesor de Ciencias de la Tierra y la Vida en el CNES, uno de los artífices del proyecto.
“Estoy muy interesado en saber si esto se convertirá en un pilar”, dice Audrey Dussuhl, experta en blobs y directora de investigación del Centro de Investigación de Cognición Animal del CNRS en Toulouse, en el sur de Francia. Cuando Thomas Peske moja su “bache” en el espacio, más de 350.000 estudiantes lo hacen en clase. A continuación, se realizan algunas observaciones para comparar el comportamiento de la muestra de la Tierra con la enviada al espacio.